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Jorge Enrique Pizano, testigo clave del caso Odebrecht, falleció el pasado 8 de noviembre. | Foto: SEMANA

JUDICIAL

El protocolo de Medicina Legal que no cuadra con los análisis de cianuro en los restos de Pizano

SEMANA conoció una guía interna del instituto forense que siembra varias dudas sobre el procedimiento con el que el mismo ente determinó que en el cuerpo del testigo del caso Odebrecht no había rastros de envenenamiento.

13 de diciembre de 2018

Los análisis científicos parecían haber resuelto la extraña muerte de Jorge Enrique Pizano, la misma que desató un huracán alrededor del escándalo de Odebrecht. Sin embargo, denuncias recientes que cuestionan la confiabilidad de los dictámenes científicos realizados a los restos de Pizano reabrieron la polémica. SEMANA conoció el protocolo de actuación expedido por Medicina Legal para detectar cianuro en un cuerpo, como se buscaba en el caso Pizano. Este plantea diferencias entre la doctrina aceptada por el mismo instituto forense para este tipo de exámenes y lo que la entidad hizo en el caso Pizano, según las mismas declaraciones que ha entregado su director, el doctor Carlos Valdés.

Se trata del Procedimiento Estandarizado de Trabajo (PET) para la identificación y confirmación de cianuro, avalado por Medicina Legal y aprobado por el director Valdés el 23 de junio de 2017. En teoría, este documento de 18 páginas es la guía a la que debe ceñirse un perito de Medicina Legal a la hora de buscar cianuro en restos humanos. En él se dictan disposiciones estrictas para aplicar la metodología de la búsqueda de ese químico, que para este caso –como lo explicó el mismo Valdés en un comunicado emitido el pasado lunes–, es la cromatografía de gases aclopada a detector selectivo de masas con inyección manual. En términos mundanos se trata de un procedimiento en laboratorio por medio del cual se separan los elementos químicos en los tejidos o en las mezclas analizadas para buscar la sustancia, el cianuro.

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Los tejidos y el formol

El documento gruía señala que lo preferible para estos procedimientos es buscar el cianuro en la sangre, lo que, en principio, fue imposible en el caso Pizano. El controller de la Ruta del Sol 2 murió el pasado 8 de noviembre en su finca, en Subachoque. Una primera autopsia médica, realizada el mismo día, dictaminó un paro cardiaco como causa del fallecimiento. Conociendo ese diagnóstico, la familia Pizano tomó la decisión de cremar el cuerpo. Así que los restos que quedaron del ingeniero fueron los que había guardado el equipo médico que hizo la autopsia, entre los que no había sangre, sino tejidos de visceras y humor vítreo.

El 11 de noviembre, Alejandro Pizano, el hijo del controller, quien había viajado de España para asistir a las honras fúnebres de su padre, murió tras beber de una botella de agua que, según Medicina Legal, contenía cianuro, y que estaba en el escritorio de Jorge Pizano. Ante esa situación, la Fiscalía ordenó que se investigara también las circunstancias de la muerte del testigo, especialmente para determinar si había muerto, al igual que su hijo, por envenenamiento.

Como Medicina Legal no disponía de la sangre, elemento ideal para realizar el análisis en busca de cianuro, usó las muestras de tejido que había tomado el hospital de Facatativá. Estas eran, según explicó Valdés, "humor vítreo y visceras en formol". El mismo director de Medicina Legal lo explicó el pasado lunes, luego de que el sindicato del Instituto pusiera en duda los resultados: "teniendo en cuenta que se contaba con vísceras, las cuales tienen alta irrigación sanguínea, se constituyen en una buena matriz para el análisis. Teniendo en cuenta que habían sido conservadas en formol, se analizó la parte más profunda de tejidos, recurriendo a un proceso de destilación para separar y concentrar el contenido de tóxico que pudiera estar presente en las vísceras, y se montó un homogenizado de tejido. Los resultados de los análisis fueron negativos para cianuro", explicó Valdés.

El documento PET avalado por Medicina Legal para la búsqueda de cianuro tiene un aparte en el que expone en qué tipo de tejidos o fluidos se puede buscar la presencia de ese químico. "Solamente en casos muy específicos, en los que no se cuente con sangre o contenido gástrico, dependiendo de la naturaleza del caso pueden ser analizadas otros tipos de matrices biológicas como bilis o matrices altamente irrigadas con sangre como hígado, corazón, músculo”.

A la luz de ese procedimiento de Medicina Legal, se podía hacer el análisis en restos con "alta irrigación sanguínea", como los que tenía en su poder Medicina Legal. Sin embargo, el documento agrega que esas muestras deben haber sido "recolectadas en frasco plástico de polipropileno o polietileno de alta densidad, boca ancha, tapa rosca". Y no hace referencia a que se puedan usar muestras conservadas en formalheídos (formol), como lo estaban las de Pizano en poder de Medicina Legal. Toxicólogos forenses consultados por SEMANA explicaron que el formol puede borrar la presencia de cianuro y de otros químicos en los tejidos.

Una mancha de sangre en la toalla

Con el avance de las pesquisas en el caso, los tejidos conservados en formol dejaron de ser el único elemento de análisis del cuerpo de Pizano con el que contaba Medicina Legal. El pasado 17 de noviembre, un equipo de al menos 20 funcionarios de la Fiscalía, acompañados por agentes de la Procuraduría, llegaron a la finca de la familia Pizano, donde murieron Jorge y Alejandro. Encontraron todo un acervo de elementos relacionados no solo con la investigación por la muerte de los dos hombres sino con el escándalo de Odebrecht. Computadores, dispositivos de almacenamiento, celulares, medicamentos y un tarro plástico con tapa de color rojo y con etiquetas donde se leía: “Cianuro de potasio”. Los investigadores se llevaron 17 elementos, según se detalló en la frustrada audiencia en la que se intentó legalizar ese material.

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Pero además de llevarse las posibles evidencias, los agentes recolectaron testimonios de siete personas cercanas a Pizano que estaban allí. Uno de los familiares contó que en la mañana de su muerte, el controller se había causado una pequeña cortadura en la cara mientras se afeitaba. Los familiares también narraron que ese día, tras la muerte del ingeniero, una mujer fue a hacer aseo a la casa. En medio de la diligencia de la Fiscalía, un agente quedó designado para buscar a esa mujer.

Aunque no quedó en el acta de esa polémica diligencia –a la que un juez le negó la legalidad por el vencimiento de los tiempos– se sabe que a partir de los indicios allí obtenidos, la Fiscalía terminó encontrando una toalla con rastros de sangre de Pizano. Así lo contó Luis González, director de seguridad ciudadana de la Fiscalía, en una rueda de prensa, el 27 de noviembre. "La Fiscalía ubicó a una persona que el día que murió Jorge Enrique Pizano fue convocada por la familia para ir a hacer aseo. Esta persona informó, bajo juramento y en presencia de la Procuraduría, que cuando estaba en la casa en el baño ella observó una mancha café. Para la Fiscalía fue muy importante esta información (...) Los investigadores y los criminalísticos recogieron, embalaron y custodiaron esta toalla y se la enviamos a Medicina Legal porque por primera vez la Fiscalía tenía información de tener sangre de Jorge Enrique, de esa mañana de los hechos, uno de los temas que reclamaba Medicina Legal que le fortalecerían sus exámenes".

En uno de los apartes finales del PET, titulado Interpretación de resultados, dice, "cuando la muestra no sea apta para el procesamiento, en el informe pericial se debe indicar la causa para no efectuar el análisis".

Tras esa narración de González, el director Valdés tomó la palabra y explicó: "Los resultados de la toalla que nos entregaron en las últimas horas se obtuvieron hace pocos minutos. En primer lugar, se trata de sangre humana. En segundo lugar, el ADN recuperado de allí corresponde al del señor Jorge Pizano. En tercer lugar, la mancha no contiene cianuro. Este hallazgo es muy importante porque coincide con los tejidos que nos había aportado el hospital de Facatativá en el sentido de que tampoco había cianuro".

En el PET para buscar cianuro avalado por Medicina Legal hay un aparte dedicado a las muestras con las que no se pueden practicar estos análisis. Las primeras que se señalan son las "muestras biológicas como sangre o contenidos gástricos y otras que hayan permanecido abiertas por mucho tiempo". Un toxicólogo forense le explicó a SEMANA que ese tiempo no debe exceder algunas horas, y que ni siquiera debe contarse en días, pues el cianuro es volátil y al estar expuesto al ambiente por mucho tiempo puede evaporarse. A partir de la misma información entregada por la Fiscalía, puede establecerse que esa toalla fue hallada por sus investigadores entre 9 y 19 días después de que Pizano se cortó. Es decir, durante ese tiempo habría permanecido expuesta, por fuera de la custodia de los investigadores.

En uno de los apartes finales del PET, titulado Interpretación de resultados, dice, "cuando la muestra no sea apta para el procesamiento, en el informe pericial se debe indicar la causa para no efectuar el análisis".

El fiscal González sumó los resultados del análisis de la sangre a la autopsia clínica y a los exámenes de tejidos para ratificar que Pizano murió por causas naturales: "Ahora, con la sangre, que era lo más importante que se encontró en la toalla y que se pudo recuperar, también la conclusión científica es que no hay cianuro en la sangre. Hasta este momento cuál es la conclusión. Jorge Enrique Pizano, su muerte es natural y es producto de un paro cardiaco. Es decir, no hay manos criminales en la muerte de Jorge Enrique".

Puede leer: “No hay manos criminales en la muerte de Jorge Enrique Pizano”: Fiscalía

SEMANA se contactó con Medicina Legal para conocer su interpretación del contenido del Procedimiento Estandarizado de Trabajo (PET) para la identificación y confirmación de cianuro. Al cierre de esta nota, no se habían recibido las respuestas.